miércoles, 21 de noviembre de 2012

Una de programas (catalanes)

Reconozco que voy a fracasar. Me había impuesto como objetivo leer antes del 25N al menos los programas electorales de las tres formaciones más votadas en las pasadas elecciones catalanas, pero no lo voy a conseguir. Las casi 50 páginas ya leídas del programa de CiU se me han indigestado, y no tengo coraje para seguir con las 100 restantes. Lo intenté también con el del PSC. A su favor cuenta que es más corto, "sólo" 114 páginas; pero con pinta de ser tan rematadamente aburridas como las de los convergentes. Tras un par de ojeadas y un poco de lectura en diagonal, creo que voy a pasar también de los socialistas. Para sorpresa mía, al final el único que tiene posibilidades de ser digerido es el del PP Catalán, que con sus 100 puntos en escasas 20 páginas, parece al menos comestible por cantidad de páginas, no sé por contenido.

Puestos a reconocer, nunca hasta ahora me había dado por leer programa electoral alguno, salvo el programa del italiano movimiento 5 Stelle , que yo mismo traduje para este blog. Yo creía que los programas eran de ese estilo, esto es, cortos, concisos y con propuestas concretas. Vivía en un error, en Catalunya al menos parece ser que los programas electorales, salvo el mencionado caso del PP tienden a ser excesivamente largos (ICV-EUiA, 212 páginas, ERC, 182 páginas, SI, 54 páginas, Ciutadans, 31 páginas). Es como si el tamaño importase. y sí que importa, pero en este caso es al revés, cuanto más grande más repele.

Como no los he leído (salvo una tercera parte del de CiU) no puedo opinar apenas nada sobre la falta de concreción de las propuestas. Aún así, la informática me permite dar algún que otro dato objetivo, que resumo en la siguiente tabla:

Veces que se nombra la palabra:












impulsaremos potenciaremos fomentaremos crearemos elaboraremos







CiU 135 72 32 43 22

44,4% 23,7% 10,5% 14,1% 7,2%
PSC 32 8 2 12 5

54,2% 13,6% 3,4% 20,3% 8,5%
PP 12 8 1 3 12

33,3% 22,2% 2,8% 8,3% 33,3%
ICV 167 79 36 68 18

45,4% 21,5% 9,8% 18,5% 4,9%
ERC 25 10 8 10 7

41,7% 16,7% 13,3% 16,7% 11,7%
SI 8 10 7 20 6

15,7% 19,6% 13,7% 39,2% 11,8%
C's 26 23 32 5 4

28,9% 25,6% 35,6% 5,6% 4,4%







Yo no sé ustedes, pero en mi trabajo está mal valorado el impulsar, el potenciar y el fomentar. No sé por qué extraña razón siempre ponen mala cara cuando se pronuncian, prefiriendo que las tareas sean creadas o elaboradas. Es como si la realización de los trabajos importase más que las buenas intenciones. En la política catalana, y por extensión, al menos de momento, en la española, parece que es lo contrario, a tenor de la frecuencia con que se nombran unos y otros verbos. Bueno, ya se sabe que una cosa es el mundo empresarial y otra el mundo político.

Como hoy estoy de confesiones, haré una tercera y última: no me he leído los programas porque en realidad no me interesan una m..,bueno mejor dicho me interesan poco. Hace tiempo que tome una decisión, no ir a votar mientras no haya al menos una formación que me devuelva lo que estos, los actuales, políticos me robaron: la fe. Mi divorcio es fruto de muchos desengaños, muchas falsedades, mucha caradura y mucha falta de honestidad. Para volver a creer no basta con ir rotando las caras tras un fracaso en las urnas, no hay que escribir programas interminables, llenos de palabras huecas, cuyo contenido nada importa, porque, primero, nadie se los lee, segundo, porque se cumpla o no el programa, nunca hay depuración de responsabilidades, nunca pasa nada. Para que yo vuelva a creer, no hay que gastarse dinero alguno mandándome las papeletas a casa, no hay que hacer grandes campañas, ni meetings pomposos, ni debates en televisión  Es mucho más fácil, que todo eso, basta con que alguno de ellos, al menos uno, inspire la suficiente confianza como para poder decir: he ahí un grupo de ciudadanos honrados que se presentan como candidatos. Y eso sólo se consigue poco a poco, día a día, no enseñando la cara amable exclusivamente unas pocas semanas antes de las votaciones.


El día que eso pase tendré un problema, y es que entonces ya no tendré excusa para no leerme un programa electoral. Al menos espero que el partido que lo elabore sea lo suficientemente sensato como para hacerlo apto para ciudadanos, es decir, corto, conciso y lleno de propuestas concretas, no de vaguedades que fácil se las lleva el viento.

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