jueves, 29 de noviembre de 2012

La ropa sucia no se lava en casa

Un incendio en la fábrica textil Tazreen Fashion, situada a unos 30km de la capital de Bangladesh, Daca, mató la noche del pasado sábado a 113 trabajadores y dejó heridos a unos 100. Este lunes un nuevo incendio estalló en las instalaciones de RMG ubicadas en un edificio de 12 plantas en el área de Dakkin Khan, al noroeste del aeropuerto de Daca, con un saldo de 10 heridos.  

¿Fatal casualidad, hechos aislados? No tanto, ya que en 2.010 dos incendios en dos fábricas bengalíes de ropa fueron también la causa de 21 y 22 muertes en febrero y diciembre de aquel año. Las firmas afectadas fueron entonces Garib & Garib y Ha Meen. Seguro que los nombres de estas empresas no le dicen nada, pero en cambio es muy probable que en el armario de su casa cuelguen una o varias prendas fabricadas en sus talleres. La industria textil de Bangladesh exporta hacia los países occidentales tanto, que es la segunda más importante del mundo, sólo superada por China. Entre los principales clientes, firmas como C&A, Walmart, H&M, Marks & Spencer o Carrefour. Éstas sí que les suenan, ¿verdad?


martes, 27 de noviembre de 2012

La estrategia fallida de Mas

Mas vio la luz el 11-S. Ayer, 25N, descubrió que junto a la luz también hay sombras, incluso oscuridad. Las elecciones que se sacó de la chistera para que la magia de la Diada condujese a Catalunya directamente a la independencia, no han dado el resultado que él quería. Mas ha sido un falso profeta. Siguiendo la lógica que él planteaba, estas elecciones debían ser una clara demostración a España y al mundo de que el pueblo catalán quiere decidir por sí mismo su destino. Tras esa demostración vendría el referéndum y todos los pasos necesarios para articular el encargo popular. Autoproclamándose líder de ese proceso, reclamó el voto del independentismo para su persona. Él había de ser el Mesías, y no otro.

Pues bien, no ha sido así, lo cual no quiere decir que una gran parte del pueblo catalán no ansíe la independencia, quererla la quieren muchos, lo que pasa es que hay bastantes de esos muchos que piensan que ese camino se debe hacer sin el guía Mas. Pero no hablemos de muchos o bastantes, las urnas han hablado, y ya podemos poner  cifras encima de la mesa. Sumando el voto de las formaciones inequívocamente  separatistas, esto es, CiU, ERC, CUP, SI y SiR, obtenemos 1.781.792 papeletas potencialmente favorables al SÍ en un hipotético referéndum para la independencia; lo que supone un peso más que notable dentro de la sociedad catalana: 33,9% del censo; 48,7% de votantes.

Todo son especulaciones, porque lo que ayer se votaba eran elecciones al Parlament, no plebiscitarias. Pero este tipo de especulaciones son las que Mas pretendía usar para llevar a cabo su plan. Es obvio que existe un enorme riesgo de error cuando se extrapolan resultados de esta manera, pero siguiendo la lógica de Mas, el referéndum a favor de la independencia podría ser perfectamente ganado por los soberanistas (a faltar de definir las reglas del plebiscito en cuanto porcentajes a favor del SÍ, y porcentaje mínimo de participación). No obstante, el camino hacia la soberanía está ahora un poquito más lejos de lo que estaba, porque el revés electoral sufrido por CiU se asociará fuera de Catalunya a un fracaso del independentismo. Graso error, pero Mas ha querido que así sea, al autoproclamarse Mesías. Un líder siempre avanza, nunca retrocede. Menos 12 diputados es un buen retroceso. 

Y ahora ¿qué?. No sé lo que se volverá a sacar Mas de la chistera, pero el panorama que le espera no es muy halagüeño, y más le vale que se saque pronto un buen conejo blanco. Si no quiere perder el poco crédito que le queda, debería ser coherente, y gobernar exclusivamente con los votos de apoyo de ERC, lo cual será interesante de ver, porque no lo olvidemos CiU es de derechas y ERC es de izquierdas, como su nombre bien índica. Hasta la llegada del ansiado referéndum, si es que llega, la actual situación económica obligará a seguir tomando medidas de austeridad presupuestaria, que vendrán impuestas por Madrid y Bruselas. Mas lo tendrá crudo para convencer a los de ERC cuando tenga que aplicar medidas como el euro por receta. ERC debería valorar mucho sus últimos resultados, y no cometer los mismos fallos que cuando era parte del tripartito. Claro que a Mas siempre le queda la opción de volver a convocar elecciones en cualquier momento, mientras las gane puede hacerlo tantas veces como quiera. Repetirlas hasta la saciedad, hasta que el resultado sea el que mejor le convenga. Claro que entonces a lo mejor se queda sin votantes, ya que todos se han pasado a ERC. 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Bruselas no se pone de acuerdo con la PAC

El distanciamiento entre el sur y el norte de Europa se acentúa. La cumbre europea extraordinaria que debía decidir el presupuesto comunitario para los próximos siete años (2014-2020) se cerró ayer sin acuerdo. Para los contribuyentes netos, aquellos que aportan más que reciben, los presupuestos presentados por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, se tienen que recortar aún más. Para los países que reciben más que aportan, es el caso de España, los recortes ya son excesivos, y por lo tanto, no aceptables.

No obstante el fracaso, Rajoy se marchó de Bruselas diciendo que la posición de nuestro país “ha mejorado sensiblemente”. No entiendo dónde está la mejoría que Rajoy ve, ya que nos vamos como volvimos, es decir, sin nada acordado. Las perspectivas días antes de la cumbre eran malas: pérdida de 2.857 millones anuales en ayudas regionales y agrícolas; pero de haberse alcanzado el acuerdo, la propuesta de último momento de Van Rompuy hubiera salvado algunos muebles. Esta última propuesta de compromiso incluía mejoras para España, Italia y Francia a costa de sacrificar los fondos para I+D e infraestructuras. Para la próxima reunión, en enero o febrero del año que viene, las condiciones presumiblemente serán peores, sin trato de favor para países como España, Italia o Francia. Eso es lo que exigen los socios del norte: Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Holanda, Finlandia y Dinamarca. Con todo, Rajoy se va contento, mejor para él.

Los que no están nada contentos son los agricultores y ganaderos que con el recorte en las ayudas en la

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Una de programas (catalanes)

Reconozco que voy a fracasar. Me había impuesto como objetivo leer antes del 25N al menos los programas electorales de las tres formaciones más votadas en las pasadas elecciones catalanas, pero no lo voy a conseguir. Las casi 50 páginas ya leídas del programa de CiU se me han indigestado, y no tengo coraje para seguir con las 100 restantes. Lo intenté también con el del PSC. A su favor cuenta que es más corto, "sólo" 114 páginas; pero con pinta de ser tan rematadamente aburridas como las de los convergentes. Tras un par de ojeadas y un poco de lectura en diagonal, creo que voy a pasar también de los socialistas. Para sorpresa mía, al final el único que tiene posibilidades de ser digerido es el del PP Catalán, que con sus 100 puntos en escasas 20 páginas, parece al menos comestible por cantidad de páginas, no sé por contenido.

Puestos a reconocer, nunca hasta ahora me había dado por leer programa electoral alguno, salvo el programa del italiano movimiento 5 Stelle , que yo mismo traduje para este blog. Yo creía que los programas eran de ese estilo, esto es, cortos, concisos y con propuestas concretas. Vivía en un error, en Catalunya al menos parece ser que los programas electorales, salvo el mencionado caso del PP tienden a ser excesivamente largos (ICV-EUiA, 212 páginas, ERC, 182 páginas, SI, 54 páginas, Ciutadans, 31 páginas). Es como si el tamaño importase. y sí que importa, pero en este caso es al revés, cuanto más grande más repele.

Como no los he leído (salvo una tercera parte del de CiU) no puedo opinar apenas nada sobre la falta de concreción de las propuestas. Aún así, la informática me permite dar algún que otro dato objetivo, que resumo en la siguiente tabla:

Veces que se nombra la palabra:












impulsaremos potenciaremos fomentaremos crearemos elaboraremos







CiU 135 72 32 43 22

44,4% 23,7% 10,5% 14,1% 7,2%
PSC 32 8 2 12 5

54,2% 13,6% 3,4% 20,3% 8,5%
PP 12 8 1 3 12

33,3% 22,2% 2,8% 8,3% 33,3%
ICV 167 79 36 68 18

45,4% 21,5% 9,8% 18,5% 4,9%
ERC 25 10 8 10 7

41,7% 16,7% 13,3% 16,7% 11,7%
SI 8 10 7 20 6

15,7% 19,6% 13,7% 39,2% 11,8%
C's 26 23 32 5 4

28,9% 25,6% 35,6% 5,6% 4,4%







Yo no sé ustedes, pero en mi trabajo está mal valorado el impulsar, el potenciar y el fomentar. No sé por qué extraña razón siempre ponen mala cara cuando se pronuncian, prefiriendo que las tareas sean creadas o elaboradas. Es como si la realización de los trabajos importase más que las buenas intenciones. En la política catalana, y por extensión, al menos de momento, en la española, parece que es lo contrario, a tenor de la frecuencia con que se nombran unos y otros verbos. Bueno, ya se sabe que una cosa es el mundo empresarial y otra el mundo político.

Como hoy estoy de confesiones, haré una tercera y última: no me he leído los programas porque en realidad no me interesan una m..,bueno mejor dicho me interesan poco. Hace tiempo que tome una decisión, no ir a votar mientras no haya al menos una formación que me devuelva lo que estos, los actuales, políticos me robaron: la fe. Mi divorcio es fruto de muchos desengaños, muchas falsedades, mucha caradura y mucha falta de honestidad. Para volver a creer no basta con ir rotando las caras tras un fracaso en las urnas, no hay que escribir programas interminables, llenos de palabras huecas, cuyo contenido nada importa, porque, primero, nadie se los lee, segundo, porque se cumpla o no el programa, nunca hay depuración de responsabilidades, nunca pasa nada. Para que yo vuelva a creer, no hay que gastarse dinero alguno mandándome las papeletas a casa, no hay que hacer grandes campañas, ni meetings pomposos, ni debates en televisión  Es mucho más fácil, que todo eso, basta con que alguno de ellos, al menos uno, inspire la suficiente confianza como para poder decir: he ahí un grupo de ciudadanos honrados que se presentan como candidatos. Y eso sólo se consigue poco a poco, día a día, no enseñando la cara amable exclusivamente unas pocas semanas antes de las votaciones.


El día que eso pase tendré un problema, y es que entonces ya no tendré excusa para no leerme un programa electoral. Al menos espero que el partido que lo elabore sea lo suficientemente sensato como para hacerlo apto para ciudadanos, es decir, corto, conciso y lleno de propuestas concretas, no de vaguedades que fácil se las lleva el viento.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Carrera de relevos

El decreto contra los desahucios aprobado el jueves por el Gobierno no supone el fin de la anteposición de  los intereses bancarios sobre los de los ciudadanos. El mandato constitucional del artículo 47, que dice que "todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada", se sigue manteniendo en un discreto segundo plano, lo que resulta del todo intolerable, por antidemocrático y anticonstitucional. Para más inri, esta vez el Gobierno no ha estado solo, el decreto-parche ha sido elaborado con la connivencia manifiesta del principal partido de la oposición. A pesar de la gravedad de esta evidencia, si mañana hubiese elecciones generales, y a tenor de los últimos barómetros, PP y PSOE se repartiría entre un 54,7% ( Metroscopia) y un 64,5% (CIS) de los votos. 

¿Cómo lo hacen, cómo consiguen ese apoyo ciudadano cuando su espíritu de gobierno es tan claramente anticiudadano? No hay tantos banqueros, ni ricos, ni enchufados en este país como para justificar estos porcentajes. Al PP y al PSOE le votan, por lo tanto, los pobres y la clase media, es decir una ingente parte de aquellos a los que no representan, y de los que se mofan y se ríen siempre que hay ocasión (La exministra Trujillo: “El que tenga deudas, que las pague”). En términos absolutos, y admitiendo un porcentaje de abstención parecido al de las últimas elecciones, estamos hablando de cerca de unos 15 millones de ciudadanos que avalan con su papeleta esta curiosa forma de entender la democracia. Ignoro su razones, y la verdad es que tampoco me interesan, son un caso perdido, y no se puede contar con ellos para resolver el problema. 

En la curva del anterior post, "Sociología política de estar por casa", la suma de los ciudadanos que opinan que la situación política actual es muy mala, regular o buena suma aproximadamente un 60% de los españoles con derecho a voto. Es obvio que los que opinan que la situación actual es buena o regular son la cantera del PP, los únicos que por simpatía a los colores pueden opinar subjetivamente que vivimos buenos o regulares tiempos para la política. La suma de éstos da cerca de un 19% de ciudadanos, valor coherente con la última encuesta CIS, que otorgaba 16,1 puntos en intención de voto al PP. Por otro lado, aquellos que votarían al PSOE deben formar parte de los que opinan que la situación ahora es muy mala. Vimos que los que así piensan son un 40% de los españoles con derecho a voto. Pero al PSOE no le va a votar un 40%, por los sondeos, a duras penas llegaría a la mitad de ese porcentaje, es decir, un 20%. El otro 20% restante son los votos que  quedan a repartir como migajas entre el resto de formaciones que no son PP ni PSOE, es decir, IU, UPyD, CiU, Amaiur, PNV, etc.

Con absoluta licencia para especular, si toda esta información se pasa al gráfico de la situación política, ésta se puede convertir en una curva indirecta de intención de voto, que tendría una forma parecida a la siguiente:
Este nuevo gráfico evidencia que el PP cae mes a mes en intención de voto, presa de sus errores y el malestar ciudadano que está provocando con su forma de gobernar. Aun así, los votos que pierden no se van al PSOE, que cada vez se va diluyendo como un azucarillo, sino que sirven para dar más oportunidades a los pequeños partidos, que recogerían mucho mejores resultados que 2.011. 

Con este panorama, la opción más elegida pasaría a ser la abstención, camino de alcanzar valores cercanos al 40%. No obstante, como en nuestro sistema el que no vota no cuenta, el PP tiene por el momento asegurado seguir en la poltrona. Vamos a admitir que la situación general sigue igual de  mal hasta el 2.015, lo más probable es que la curva azul del PP caiga a valores más bajos, es posible que a valores que le impidan volver a formar Gobierno, el cual pasaría a ser otra vez del PSOE, que casi sin  duda tendría que buscar ayudas en alguna o algunas de las formaciones restantes de la curva roja. ¿Supone eso alguna esperanza de regeneración democrática, se salvaría así el estado del bienestar amenazado de muerte por el PP? La respuesta es un rotundo no, no mientras la dirección del PSOE siga aceptando como casi buenos decretos como el de los desahucios, no mientras sean dirigidos por los de siempre.

¿Estamos perdidos entonces, no hay salvación posible? Seguramente así es, ya que la única posibilidad viene dada por un cambio de actitud de los ciudadanos de la curva amarilla. Ésos que pasan de apoyar a nadie, porque saben que son el mismo perro con distinto collar. Mientras la curva de la abstención siga estable, calmada, pasota, nada cambiará. Claro que para votar algo distinto a lo que hay, primero ese algo debe existir. La pregunta es: ¿a qué esperan, a qué esperamos, para crearlo? El no haberlo hecho, fue a mi entender el fallo imperdonable del 15M y del movimiento indignado. Luchar exclusivamente en la cancha de las calles y no hacerlo también en la de las urnas, nos condena a todos a seguir dependiendo eternamente de los mismos, ésos que cada cuatro u ocho años se van pasando el testigo de esta absurda carrera de relevos. No queda mucho tiempo para reaccionar, el tiempo se acaba antes de que el daño sea irreversible.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Sociología política de estar por casa

Con el único fin de encontrar respuestas por mí mismo a una pregunta, que de momento no desvelaré, y aprovechando que para escribir mi último post he estado chafardeando por la página del CIS; he creído interesante visualizar gráficamente la serie "Valoración de la situación política actual" del Barómetro. Los datos disponibles son mensuales desde 1.996 (excepto agosto, que el CIS se va de vacaciones). La información es por lo tanto bastante extensa, pero yo he pensado que para lo que busco me bastaría con representar sólo los datos del 2.011 y los meses trascurridos del presente 2.012. El resultado es la gráfica que de inmediato muestro.
A continuación algunas reflexiones, fruto de su observación, de la intuición, y algo, muy poco, de análisis:
  1. Entre un 40 y un 35% de los ciudadanos creen que la situación política es mala. El cambio de Gobierno del PSOE al PP ha tenido poco efecto sobre esta parte de la población: tras una reducción inicial de unos 5 puntos, la tendencia desde junio está siendo volver a los mimos niveles de la época Zapatero. De una forma intuitiva se podría pensar que este grupo se caracteriza por la desilusión, la desmotivación y la apatía política. Seguramente gran parte de los más de 11 millones (31%) de ciudadanos que no fueron a votar el 20-N forman parte del grupo.
  2. Por increíble que parezca, tanto con el anterior Gobierno, como con el actual, ha habido y hay gente que opina que la situación política es buena. Yo no conozco a nadie que opine así, pero si el CIS lo dice, será que existen. El primer mes del PP en la Moncloa  disparó el tamaño del grupo hasta un notable 7,8%. Sólo fue un espejismo, desde entonces caída libre hasta llegar a niveles de   Zapatero (2,3%). Su tamaño es tan bajo, que no merece la pena dedicarle mucho más tiempo.  
  3. Llegamos a la parte interesante: el grupo de los "muy mal" y "regular". Lo primero que llama la atención es el comportamiento casi simétrico que siguen sus respectivas curvas, dando a entender que hay un vasto grupo de ciudadanos (alrededor del 55%) que alternan el negativismo más absoluto con la aceptación resignada. Una bipolaridad que nos hace pensar que son ciudadanos que se resisten a tirar la toalla, creen, o quieren creer en el actual sistema, pero no parece que confíen mucho en los actuales políticos. Por eso la celebración de nuevas elecciones y el cambio de Gobierno, se tradujo en un descenso brusco de la curva del "muy mal". Era la ilusión y la esperanza del cambio, que experimentó casi un 15% de los españoles. Por desgracia para Rajoy y los suyos, esa ilusión se ha evaporado en tan sólo 6 meses de gobierno (todo un récord), y no se ha detenido ahí. Hoy en día ya hay un 40% de ciudadanos que piensan que la situación es muy mala. Y la curva parce que no tenga intención de pararse ahí.
Ha llegado el momento de desvelar mi pregunta, y que no es otra que la siguiente: ¿cómo un Gobierno como el actual, que está desmontando a golpe de hacha todo lo que tanto tiempo y esfuerzo costó edificar, continuaría siendo la fuerza más votada si mañana hubiera elecciones generales (ver post anterior)? Sé que la clave de la respuesta está en la curva que acabamos de ver. Mi intuición me dice que estoy muy cerca de entenderlo, pero se hace tarde y necesito tener la cabeza fresca para continuar. Además desde hace una hora yo debería estar de huelga (aunque, ¿hacen huelga los blogueros?), no vaya a ser que venga un piquete y se cargue lo que su tiempo me llevó escribir.

domingo, 11 de noviembre de 2012

CIS, estimación o manipulación

Sólo un 16,1% de los encuestados por el CIS en octubre votaría al PP de haber elecciones mañana. Sin embargo, el dato que hemos leído esta semana en los medios es el siguiente: el PP ganaría con un 35,9% de los votos. El PSOE se mantiene como la segunda formación más votada, con un 28,6% de los votos, lejos por lo tanto de alcanzar a su rival directo. Lo realmente curioso es que el número de encuestados que votaría a los socialistas supera en 1,5 puntos a los que votarían a los populares. ¿Cómo se explica entonces que el CIS dé como ganador holgado al PP? ¿Se trata de un error? ¿Qué clase de trampa han usado para llegar a esas conclusiones?
En principio no hay trampas ni errores, lo que sí hay es un modelo de estimación que se aplica a los datos directos obtenidos por la encuesta. El propio CIS nos lo explica en su página Web:

Las series electorales se obtienen de la siguiente pregunta de los barómetros del primer mes de cada trimestre:
  • Suponiendo que mañana se celebrasen elecciones generales, es decir, al Parlamento Español, ¿a qué partido votaría Ud.?
El primer indicador se conoce como Intención de Voto, y no es más que la serie de los porcentajes de respuesta para cada partido político. Esta serie en sí misma constituye un indicador que no precisa de ninguna elaboración.

Sin embargo, las respuestas a esta pregunta no constituyen una buena previsión si lo que se pretende es acercarse a los resultados de unas elecciones próximas, ya que son muy altos los porcentajes de respuesta para las opciones 'No sabe' y 'No contesta'. Para predecir mejor los resultados electorales, el CIS construye a partir de la Intención de Voto lo que se conoce como Estimación de Voto, que no es más que aplicar a la Intención de Voto un modelo de corrección basado en otras variables de la encuesta, la experiencia pasada, informaciones de tipo cualitativo, etc. Por este motivo, la Estimación de Voto no es un indicador comparable al resto de los que se presentan, en la medida en que su método de cálculo nunca se ha hecho público y ha cambiado con los distintos equipos de dirección del CIS. Podría considerarse que no constituye una auténtica serie temporal, pero, por su interés, se presenta entre los indicadores electorales.

Dicho de forma sencilla, el CIS cocina los datos obtenidos directamente de sus encuestados (alrededor de 2.500) y en base a ellos intenta predecir los resultados de las próximas elecciones. Surgen al momento muchas preguntas (al menos a mí me han surgido): ¿resulta fiable el CIS en sus predicciones? ¿por qué el método de cálculo nunca se ha hecho público? ¿se cambia de método con cada cambio de Gobierno? ¿por qué se publican en las cabeceras de los medios la Estimación de Voto, en vez de la Intención de Voto?

Para dar respuesta a algunas de estas preguntas lo mejor es analizar el Barómetro de julio de 2.011, ya que este fue el último mes antes de la elecciones del 20-N, en el que se publicaron datos de series electorales con Estimación de Voto. Los resultados están reflejados en la siguiente tabla:







Julio 2.011





Voto directo en Estimación de Elecciones


la encuesta CIS voto CIS 20-N


(en %) (en % sobre voto 2011



válido)


PSOE 25,9 36 28,76

PP 29,3 43,1 44,63

IU 3,7 5,1 6,92

CiU 1,9 3,1 4,17

PNV 1,1 1 1,33

UPyD 2,5 3 4,7

ERC 0,7 1,1 1,05

BNG 0,2 0,5 0,75

CC 0,2 0,5 0,59

Na-Bai 0,2 0,2


UPN 0,1 0,1


OTROS 2,8 4,3 5,73

Votos blancos 4,1 2,1 1,37

Abstención 10,6
31,06

No sabe 13,2



No contesta 3,5








Es fácil ver que salvo el caso del entonces partido en el Gobierno, las estimaciones del CIS fueron bastante acertadas. Siendo mal pensado, parece como si el CIS hubiera sido muy generoso con el PSOE, habiéndolo otorgado más votos de los que realmente le correspondían. Resulta difícil no ser mal pensado cuando el método de estimación es secreto, cuando una de las primeras cosas que hizo el actual Gobierno del PP fue cambiar al responsable del CIS mediante Real Decreto en Consejo de Ministros de enero de 2.012, y cuando a pesar de haber caído casi un 50% en intención directa de voto, el PP sólo perdería 8,7 puntos según el último Barómetro. Es como si habiendo cambiado de Gobierno, las tornas se hubiesen girado también en la Estimación de Voto.

Para no ser tan mal pensado, lo mejor sería que el método de estimación fuera público e invariable en el tiempo, amén de que el responsable del Centro de Investigaciones Sociológicas no debería ser nombrado a dedo por el Gobierno de turno. Mientras eso no pase, creo que los medios deberían reflejar en sus titulares los resultados de la encuesta de Intención de Voto, en vez de los de Estimación. Lo contrario, los hace cómplices de una posible, digo posible, manipulación informativa. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Farmacias en huelga, aeropuerto cerrado

En la Comunitat Valenciana las farmacias están  en huelga indefinida desde el lunes. La Generalitat les adeuda 450 millones. Desde mediados de mayo los farmacéuticos valencianos no ven un euro público de las recetas que expenden, y dicen que ya no pueden seguir así, que por eso van a la huelga. Si yo fuera farmacéutico valenciano también estaría muy cabreado. Y aún lo estaría más si me enterase que el aeropuerto sin aviones de Castellón recibirá el año que viene 17 millones procedentes del erario autonómico. Un aeropuerto sin aviones, y sin grandes perspectivas de ser operativo en un futuro próximo,  que costó 155 millones, y en la que se invirtieron 5 millones en publicidad solamente durante 2.011 (año de su imaginaria inauguración), parece que importa más que la salud pública.

No soy farmacéutico valenciano, pero aun así también estoy cabreado, y es que como ciudadano español sé que una parte de mis impuestos se ha destinado y se seguirán destinando a financiar una obra inútil e innecesaria. No es por el importe de mi contribución en ese proyecto, que debe rondar sólo los 10 euros, es por que me indigna que estas cosas pasen. Preferiría que mis impuestos, que cada día son más altos, dicho sea de paso, sirviesen para algo más que para pagar los platos rotos de una fiesta a la que ni siquiera fui invitado. Mientras, las farmacias de Valencia en huelga, y con razón.

Pero da igual lo que yo me cabree porque dentro de unos años cuando haya elecciones  en la Comunitat Valenciana volverán a salir los mismos, o en su defecto, unos que se les parecerán mucho. Así que sí o sí estoy condenado a seguir financiando el maldito aeropuerto sin aviones. A pesar de todo, tengo una leve esperanza, y es que he leído que la Generalitat valenciana no descarta su venta o externalización. Qué buena idea, vender el aeropuerto enterito a un país con déficit en instalaciones aeroportuarias, por ejemplo Alemania. Seguro que con lo largos que son, lo venden por no menos de 450 millones, transporte y puesta a punto, eso sí, a cuenta de la Generalitat. Farmacéuticos valencianos, tranquilos, que todo está controlado, es sólo cuestión de tener paciencia. 

P.D.: La estatua de Fabra no hace falta venderla, se puede quedar como símbolo de ... Bueno, como símbolo. 



sábado, 3 de noviembre de 2012

Miedos, medios y noticias

Hace tiempo que ronda por mi cabeza una duda: ¿son nuestras preocupaciones fruto de nuestras experiencias o de las de nuestro entorno más inmediato, o en realidad son los medios de comunicación los que nos guían hacia ellas? Hay muchos ejemplos de noticias que han pasado la frontera para convertirse en monotemas, una especie de obsesión con la que nos machacan diarios y televisiones durante un tiempo. A bote pronto se me ocurren una pocas: los ataques de perros, los asaltos a viviendas, la gripe A o los autocares del Imserso. 

Reconozco que desde bien pequeñito me han dado respeto los perros, pero el pánico que siento cada vez que me cruzo con un rottweiler o un pit bull, especialmente si voy acompañado de mis hijas, supera la irracionalidad. Y es que yo jamás he visto a uno de esos perros en actitud peligrosa, es más, creo que ni siquiera sé cómo ladran, pero ello no impide que su sola imagen proyecte en mi cerebro recuerdos de noticias de niños y adultos atacados salvajemente por alguno de esos perros cabezones. Debió ser por el 2.001 cuando sentí que los medios comenzaron a bombardearme con sus ataques. Ignoro si antes no había casos, si fue el cambio de milenio y el temido efecto 2.000 (vaya, otro monotema) el que desató la furia de los canes, o simplemente sólo se trató de una triste coincidencia, que concentró muchos casos en un corto intervalo de tiempo. Sea como fuere, el pánico se instaló y ahí sigue.

Sobre la gripe A no voy a hablar, ya que creo que hay muy pocas dudas de que se trató de uno de los casos más escandalosos de manipulación informativa de los últimos años. Hablaré en cambio de los asaltos a viviendas. Mi memoria me dice que debió de ser alrededor del 2.006 o 2.007 cuando en los telediarios se hablaba día sí y día también de chalets y pisos asaltados. Asaltos en los que no solamente había robos, sino también, agresiones, palizas y asesinatos. Esta vez el aluvión de noticias no me condujo a una psicosis que me llevase a impedir dormir tranquilo por las noches. En aquella época yo no conocía de casos reales cercanos: ni familiares, ni amigos, ni conocidos; así que en cuanto las noticias de robos domésticos fueron sustituidas en las primeras planas por otras de otro tipo, el tema fue cayendo poco a poco en el olvido. Hasta hará cosa de un año, cuando por primera vez,  y por un compañero de trabajo, supe de viva voz lo extremadamente fácil que es entrar en las viviendas ajenas. Por suerte para él y su familia, en el momento en que le entraron a robar sólo estaba su perro, que al no ser de los denominados peligrosos poca cosa pudo hacer, salvo recibir alguna que otra patada, que lo dejo traumatizado. Que no hubiese violencia contra las personas no impidió que el relato me produjese un poco de repelús, bueno, bastante repelús. Luego vinieron más casos de amigos o de compañeros, relatados en primera o tercera persona. Sin duda, hoy puedo decir que el problema de sentirme seguro en casa se ha vuelto uno de mis principales motivos de intranquilidad. 

Pero, ¿está fundamentado ese miedo? La verdad es que las noticias se habla muy poco de ello, casi nada si se compara con lo que pasaba hace sólo unos cinco o seis años, ¿no será pues, que al ser un poco más mayor me esté volviendo más cagado, y comience a ver amenazas donde no las hay? Para salir de dudas mejor echar un vistazo a los datos que facilita el Ministerio de Interior sobre el tema, y que son reproducidos en el siguiente gráfico. El dato de 2.012 mostrado es sólo una extrapolación basada en el número de casos hasta mitad de año.
Fuente: Ministerio del Interior
Lo primero que llama la atención es que los años de mayor boom informativo coinciden con la tasa de criminalidad más baja. Curiosa paradoja. En segundo lugar, se observa que desde que empezó la crisis, el número de viviendas asaltadas va creciendo paulatinamente hasta alcanzar valores similares a los de hace diez años. Parece, pues, que de alguna manera mis miedos están justificados, aunque si uno lo piensa bien, no debería haber motivo de pánico. Si hace diez años yo vivía tan tranquilo, no debería ser diferente ahora, por cálculo de probabilidades no estamos mucho peor que entonces. 

Pero, ¿qué pasa con el resto de ciudadanos? ¿Hay también un repunte de preocupación, fruto de una realidad que ha empeorado? Lo mejor, echar mano del CIS y su conocido barómetro. No hay ninguna voz en concreto que hable de problemas de asaltos al hogar, pero si una voz más genérica denominada "inseguridad ciudadana". Dado que no pretendo hacer un estudio científico, la podemos usar. ¿Cómo ha sido su evolución en la última década? La siguiente gráfica la muestra.

Fuente: Centrro de Investigaciones Sociológicas
Una nueva paradoja, y ésta si cabe mayor, pues resulta que mientras la criminalidad crece, la percepción que tienen los españoles sobre el problema disminuye. ¿ Y qué pasa con el 2.006? Pues simplemente pasa que ese año, junto con el 2.007, forma parte del periodo donde menos viviendas fueron asaltadas. En cambio, para casi un 21% de españoles la inseguridad ciudadana fue uno de los principales problemas, contra el 4% del último barómetro.

Con todo esto no pretendo demostrar gran cosa. Mi pregunta con la que daba comienzo este artículo sigue abierta, pero hay algo de perogrullo que me quedó claro, y es que los medios de comunicación tienen mucho poder, especialmente en lo que tiene que ver con nuestros miedos y preocupaciones. Y es que a veces no importa tanto el mensaje, como la frecuencia e intensidad  con la que se lanza. Modulando esos parámetros parece que se pueden lograr efectos sorprendentes. Saber quién los controla es algo que también me despierta gran curiosidad, pero ése sigue siendo para mi también un tema abierto.